El Liderazgo Familiar. Vamos primero a definir ¿Quien es un Líder?
Un líder es aquel que es capaz de llevar a otros a un lugar donde ellos por si solo no son capaces de llegar. Es evidente que, para hacer eso, se necesita compromiso, entrega, confianza, enseñanza, amor; predicar con el ejemplo, etc.
¿Qué necesitas para liderar a tu familia?
Padres y líderes deberían ser dos palabras sinónimas. Porque las personas que dirigen una familia deberían tener un carisma especial, similar al que dirige una empresa. Deben tener objetivos y una estrategia clara. Deben saber delegar. Y sobre todo, deben inspirar respeto y seguridad.
¿Te has preguntado alguna vez si eres un líder para tu familia? Y si lo eres, ¿qué tipo de líder eres? ¿Te obedecen porque te temen? ¿Impones tu criterio por encima del de los demás? ¿Sabes confiar en los demás? ¿Escuchas abiertamente las opiniones del resto de la familia? ¿La comunicación que utilizas es asertiva o imperativa?
En ocasiones, cambiando una pequeña parcela de nuestra percepción, cambia también la dinámica de nuestra familia.
Dirigir una familia necesita de tanta preparación y gestión como dirigir una empresa. Si no existen unos objetivos, una misión, unos plazos y una estrategia, entre otras cosas, es difícil llevarla a buen puerto. Por el camino perderemos parte de su valor y tomaremos decisiones que en algunas ocasiones pagaremos con un altísimo precio. Si la empresa posee todos estos elementos pero no es dirigida por un buen gestor, por un líder, de nada servirán todos los esfuerzos que hagamos por organizarla. Y lo mismo ocurre con nuestra familia, en la que los líderes naturales son el padre y la madre.
De nosotros depende el bienestar físico, psíquico y espiritual de nuestros hijos.
¡DE NUESTROS HIJOS!
No podemos improvisar, ni dirigir sin una meta, ni tomar decisiones unilaterales sin contar con nuestra pareja.
Un buen padre o madre debe ser un buen líder. O intentar trabajar para acercarse lo máximo posible a este estado de excelencia. El que se conforme con menos conducirá una familia abocada al fracaso o a la mediocridad.
Pero, ¿qué cualidades debes tener para ser un buen líder?
Las cualidades de un buen líder
Partimos de la idea de que la familia es una empresa en la que tú y tu cónyuge ejercéis la dirección. En este trabajo compartido sois los dos los que, como entidad directiva, tenéis la responsabilidad de que la empresa funcione bien. Esto requiere una buena comunicación, planificación, organización, coordinación, liderazgo, control y capacidad de corregirse cada uno, y, sobre todo, no hay que olvidarse de cultivar el arte de delegar, motivar, inspirar y ¡confiar!
La persona, tanto si se trata de la empresa familiar como de la empresa comercial, tiene una posición central en la gestión de la misma.
Sobre los hombros del director de cualquiera de estas empresas recae siempre una tarea especial.
Si quiere que todas las fases en la gestión de la misma se desarrollen con éxito, de la manera prevista, este líder tiene que reunir ciertas características.
En todos los manuales de dirección de empresas podemos encontrar siempre los mismos parámetros.
Todos ellos aplicables a la familia:
Un buen líder es un pensador que conoce su empresa a fondo. Está al día sobre todos los acontecimientos y los hechos que son relevantes para su empresa. Es capaz de desarrollar procesos ideológicos, logísticos y creativos.
Tiene un sexto sentido para relacionarse. Sabe delegar, inspirar, motivar y confiar en sus colaboradores y en las personas que le rodean de manera que puedan desarrollar sus tareas con creatividad y ganas. Puede comunicar claramente con sus colaboradores cuáles son sus exigencias y dónde tienen sus límites.
Prudencia y discreción son características esenciales de un buen líder. Este es capaz de pensar por la empresa, dejando a un lado, cuando el bien de la empresa lo exija, opiniones personales, a las que no se aferra.
Quiere conocer sus defectos y mejorarlos.
Tiene una actitud valiente, se atreve a tomar riesgos, es exigente consigo mismo y tiene un gran sentido de responsabilidad, tiene confianza en sí mismo. Es de carácter emprendedor, tiene espíritu negociador y la paz interior suficiente para enfrentarse a situaciones difíciles y controlar el estrés.
Es enérgico y sabe tomar las decisiones oportunas antes de que los asuntos se compliquen y se conviertan en urgentes cuando esto no era necesario.
Su manera de organizar es dinámica, eficiente y simple en lugar de rápida y con prisas. No pierde de vista el desarrollo de las tareas delegadas y actúa a tiempo cuando no son efectuadas adecuadamente.
Un buen liderazgo está basado en ciertos principios
El buen líder:
No define límites solamente para los demás, define primero los suyos propios y procura no extralimitarse.
Mejora la calidad de su vida y la de tu entorno. Sabe que esto es tarea diaria, que no se puede abandonar.
Reconoce sus faltas y quiere aprender de ellas. Se atreve a corregirlas y se deja aconsejar. Sabe que nadie está en posesión de toda la verdad.
Reconoce las buenas cualidades y la eficacia del trabajo realizado por otros. No se apropia de ideas aportadas por los colaboradores.
Es sencillo, llano en el trato y sabe que la sencillez en contraposición con la arrogancia es una cualidad muy apreciada por los que dependen de él. Se atreve a ser el mismo, sabe que esto es importante para acortar distancias que por razón del cargo pueden surgir.
Intenta superarse haciendo siempre un poco más de lo que se espera de él. Un mundo en el que las personas sólo hacen lo que se espera de ellas, lo estrictamente necesario, sin afán de superación es un mundo frío, y no hay nada más agradable que encontrar en la vida personas dispuestas a hacer en su trabajo, por los colegas, mas de lo que se les pide.
Intenta crear un ambiente de trabajo lo mas agradable posible para sus colegas. Al estructurar y delegar las diferentes tareas en la empresa tiene en cuenta, en la medida de lo posible, las preferencias y capacidades que sus colaboradores, sabedor de que esto, el poner a cada uno en el sitio que mas le gusta, que mejor se le da, facilitará también la buena marcha de la empresa.
Todo lo que hemos dicho hasta aquí puede sonar a ¡demasiado!, pero si lo trasladamos a nuestra situación familiar, no solamente nos damos cuenta de su importancia sino que reconocemos en ellos, mejor dicho, en la falta de algunos de estos principios, la causa de mil pequeños conflictos en la vida familiar.
En definitiva, se trata de profesionalidad, cosa muy necesaria también en la familia.
Unos ejemplos para ilustrar:
Para comprar alimentos y sin sobrepasar el presupuesto, se necesita tener un control de lo que todavía tenemos en la despensa y en la nevera.
Educar a los hijos exige mucha dedicación y creatividad. Pero sobre todo hace falta mucha energía para formarlos, para motivarlos y enseñarles donde están las fronteras.
Energía también para llegar a acuerdos con el cónyuge sobre la educación y para resolver situaciones que se presentan inesperadamente.
Y aun no hemos hablado de nosotros mismos, como directivos de esa empresa familiar! ¡Queremos hacer tantas cosas y tenemos siempre tan buenas intenciones! Fácilmente olvidamos que hay cosas en nuestro carácter que pueden dificultar el trabajo en equipo y ser la causa de un mayor costo de energía, también para los demás.
Libros realmente interesantes para saber más sobre este tema
Mi familia, mi mejor empresa Autor: Mariángeles Nogueras Editorial: EIUNSA, 2009
La familia funciona de manera muy similar a una empresa y, como en ésta, su éxito o fracaso depende de la dirección, de los objetivos y de la filosofía subyacente. Teniendo en cuenta nuestra actual sociedad y sus exigencias, casi es una tarea titánica convertir una casa en un hogar donde todos tengan el mismo derecho a disfrutar de ella. Este libro te enseñará a considerar la familia como una empresa que hay que organizar, en la que hay que delegar y trabajar con disciplina. En la que los padres deben ser líderes cualificados, capaces de planificar, controlar y dirigir al grupo familiar. Seguir sus consejos te permitirá aprovechar al máximo los talentos y posibilidades de cada uno de los miembros de tu familia y conducirla por el camino de la excelencia
Dueños de nuestro destino Autor: Nuria Chinchilla y Maruja Moragas Editorial: Ariel, 2010
Dicen las autoras en su libro que la familia es la humanofactoría por excelencia, el lugar idóneo donde los seres humanos aprenden a ser personas, a encontrar su misión y su lugar en el mundo. La trascendencia de este nido nos obliga a tomarnos en serio la gestión de todos los recursos de la familia. Y para ello padres y madres lo primero que deben hacer es aprender a gobernarse, a ser lideres, a desarrollar su libertad personal. Deben aprender a amar con calidad. Y sobre todo, deben aprender a conciliar trabajo con familia, a conciliar con la empresa y con la sociedad. Y este libro nos ayuda a conseguirlo. Sus reflexiones y sus consejos prácticos nos enseñan a ser dueños de nuestro destino y no dejarnos llevar por la corriente. Imprescindible para construir unos pilares fuertes en la familia.
Primero, lo primero Autor: Stephen R. Covey Editorial: Paidós
No es un libro escrito explícitamente para la familia, aunque ésta se beneficia directamente de sus principios: reflexionar y conocer nuestras prioridades en la vida nos ayudará a dar sentido a nuestro proyecto familiar y a conseguir una familia equilibrada y feliz. Se dirige a cualquier ser humano que desee mejorar su calidad de vida, no optimizando y administrando con más eficacia su tiempo para realizar más cosas con mayor velocidad e ingenio sino para que sepan considerar las cosas importantes que cuentan en la vida, las metas valiosas que dan sentido a nuestra existencia
Los 7 hábitos de las familias altamente efectivas Autor: Stephen R. Covey Editorial: Grijalbo
Ya es un clásico en nuestro portal, pero es imposible dejar de citarlo en un tema como éste. Os lo recomendamos por la trascendencia de sus conceptos que permiten crear una familia fuerte desde sus bases, perseverante, amorosa y duradera. Basa sus teorías en principios y valores permanentes, en la coherencia de un proyecto educativo, en el sentido más verdadero de la familia.
Para docentes y padres
El líder interior Autor: Stephen R. Covey Editorial: Paidós 2009
Este libro nos describe los cambios y mejoras que han experimentado algunos colegios al incorporar en su programa de estudios Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva y otras técnicas básicas de liderazgo. Nos convence de la importancia que tiene que nuestros hijos, desde párvulos hasta la universidad, tengan un plan para conducir sus propias vidas. Esto les ayuda a que concentren su tiempo y su esfuerzo en las cosas importantes. Es un libro que nos recuerda las actitudes y aptitudes que deben tener nuestros hijos (y el colegio de nuestros hijos) para ejercer el liderazgo en todos los niveles.
Para adolescentes
Los 7 hábitos de los adolescentes altamente efectivos Autor: Sean Covey Editorial: Debolsillo 2006
Se trata de un libro escrito para que lo lean los adolescentes. La negociación y el dialogo es cosa de dos. Los padres deben aprender pero los hijos también. El capítulo sobre Primero entender, luego ser entendido comienza con este refrán anónimo: Antes de ponerme los zapatos de otro, primero debo quitarme los míos. Todo un lema. De manera divertida, con dibujos, anécdotas y chistes, el libro ayudará a tu hijo adolescente a mejorar su imagen, a desarrollar su potencial, a hacer amistades, resistir presiones, fijarse metas y mantener una buena relación contigo. Si buscas un libro que impacte a tu hijo y le ayude a superar con éxito esta etapa delicada, ofrécele este libro. Seguro que le deja poso. Un buen libro para que nuestros hijos sean líderes de sí mismos.
A partir de 5 años
Los 7 hábitos de los niños felices Autor: Sean Covey Editorial: Blume 2009
Este libro recoge Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva de Stephen R. Covey y los adapta para que puedan aplicarlos en su vida los niños menores de 8 años, tal y como hizo en su momento para adolescentes. A través de divertidas historias, como si de fábulas se tratara, el autor enseña a los niños la importancia de cuidarse equilibradamente, de trabajar con los demás, de escuchar antes de hablar, de pensar en beneficio mutuo, de trabajar primero para divertirse después, de trazarse objetivos y ser proactivo. ¿Te parece increíble? No lo es si los niños lo aprenden divirtiéndose, a través de divertidos animalitos que les sirven de modelo y de tema de reflexión. El libro incluye una guía para padres y pautas para utilizar proactivamente (nunca mejor dicho) este libro. Imprescindible en la biblioteca de tu hijo.
Autor: E. Roger. Víctor Familia
|